“Si en el cielo no existe el chocolate, ya no quiero ir”
Ángeles y su hija Abigail dejan Piedras Negras, coahuila para epezar una nueva vida en la hacienda Tunkuluchú en Comalcalco, Tabasco en los años de 1980, con la esperanza de encontrar nuevas alegrías. Al llegar a la hacienda fructífera en la cosecha del cacao, rica en supersticicones y leyendas, Abigabil conoce a Justina, las une la pérdida de un ser amado, las hermana los sucesos mágicos y misteriosos.
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